¿Cómo saber si estoy deshidratado?

Con el verano en pleno y la canícula afectando a gran parte del territorio nacional, es importante mantener la guardia para identificar de manera oportuna las primeras señales de deshidratación.

En los adultos la principal advertencia es la sed. También puede haber mareo, aturdimiento, falta de concentración, dolor de cabeza, fatiga, sequedad de mucosas (por ejemplo, boca seca o pegajosa), así como en la cantidad y coloración de la orina (suele ser menos y más oscura).

En los bebés y niños pequeños los indicativos son boca y lengua secos, llanto sin lágrimas, disminución en la frecuencia urinaria (por ejemplo, dilatar más de tres horas en mojar el pañal), irritabilidad, somnolencia, ojos hundidos y fiebre.

Tanto en adultos como en niños, la deshidratación puede generar complicaciones, tales como infecciones del tracto urinario, cálculos renales y estreñimiento. En casos extremos puede causar la muerte.

Para evitarla, lo ideal es beber agua natural a lo largo del día. Por ejemplo, el artículo Consumo de agua en Pediatría, publicado en la Revista de Perinatología y Reproducción Humana, señala los niños de 1 a 3 años deben beber entre 100 y 120 ml/kg; y de 4 a 8, de 80 a 100 ml/kg. Los niños de 9 a 13 años deben ingerir de 50 a 70 ml/kg, y los de 14 a 18, 50 ml/kg. Las niñas de 9 a 13 años necesitan ingerir de 50 a 60 ml/kg; y de 14 a 18, 50 ml/kg.

Los adultos, por su parte, deben tomar de 6 a 8 vasos de agua natural al día; la cantidad puede variar en función de la actividad física y estado de salud.

Pese a lo anterior, hay ciertos casos en los que el agua no es suficiente; por ejemplo, ante la exposición a altas temperaturas, ejercicio físico intenso, vómito, diarrea o fiebre.

En esas circunstancias la recomendación es recurrir a un suero oral de grado médico con el balance ideal de agua, glucosa y electrolitos. Estas soluciones deben tener registro ante la Secretaría de Salud y autorización de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

También debe señalar en su etiqueta o marbete los componentes exactos de su fórmula, las indicaciones, vía de administración, modo de empleo, dosis y contraindicaciones; así como las recomendaciones para su uso en embarazo, lactancia y edades pediátricas.

Recuerda que con la salud no se juega. Si tienes dudas, consulta a tu médico o nutriólogo.

Referencias

Consumo de agua en pediatría, Miguel Ángel Rodríguez-Weber (coordinador), Revista de Perinatología y Reproducción Humana, Volumen 27, Suplemento 1. Encontrado en:

https://www.medigraphic.com/pdfs/inper/ip-2013/ips131c.pdf

La adecuada hidratación del cuerpo ayuda a una buena salud, Secretaría de Salud. Encontrado en:

https://www.gob.mx/salud/articulos/la-adecuada-hidratacion-del-cuerpo-ayuda-a-una-buena-salud

*Licenciada en nutrición Especialista en tratamiento nutricional para la obesidad y enfermedades metabólicas.